Tecnologia sin conceptoㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ

Las operaciones más relevantes en el área de beneficio de minerales (como chancado, molienda y flotación) en los últimos años se han alejado del sentido común y las buenas prácticas y se han guiado por la “tecnología global” que impone el mercado de equipos, software, de servicios e insumos de alto consumo. Aunque hay excepciones, por regla general la “tecnología” global alimenta proyectos sobredimensionados.

Publicaciones de los años 80 y 90 (A. Yovanovic) ya advertían sobre la necesidad de desmitificar la tecnología mineral y hoy, después de más de 30 años de congelación conceptual en las decisiones de inversión, estamos viviendo una minería soportada por las tecnologías del fabricante, una minería “haz de cuenta”, de “copiar y pegar”, con poco compromiso con la excelencia y la productividad, sin entender bien el mineral, con miedo exagerado al riesgo, varias veces perdiendo oportunidades de optimización sólo para no generar “ruido” dentro del mercado global que sustenta el negocio corporativo.

Hasta los años 80, un buen trabajo de investigación y caracterización de minerales dio origen a muchas de las mayores empresas mineras. La ingeniería conceptual exprimió cada proyecto antes de ponerlos en los tableros de dibujo. El Centro de Tecnología de la antigua CVRD, CETEM, el apoyo de revistas como Brasil Mineral y Minérios & Minerales, Fundación Gorceix, Universidades Federales y la consultora Paulo Abib (hay muchas otras entidades por mencionar) fueron un buen ejemplo de ello. Numerosas fábricas locales pudieron suministrar los equipos y muchos de los insumos. El congreso de São Lourenço (Ciminelli y Salum, MG, 1992) quizás, antes de esta situación ser “enyesada”, fue el último gran congreso minero, escenario de acaloradas discusiones, de toma de posiciones, de discusión sobre minería.

A partir de la década de 1990, se cerraron muchos centros de investigación, se privatizó la CVRD y aumentó la distancia entre las operaciones comerciales y las universidades. La tecnología global del gigantismo, de la absurda política de “moler y flotar todo”, que interesa a los proveedores, se impuso de arriba hacia abajo casi sin oposición, con industrias globales adquiriendo fábricas más pequeñas, llegando al casi-monopolio que conocemos hoy.

Se incrementó absurdamente la generación de relaves finos (por la caída de las leyes en los depósitos) y, luego de las recientes tragedias ambientales, que podrían haber señalado el fin de todo esto y empezar a discutir la raíz del problema (reducir la generación de relaves finos), se optó por invertir en más equipos para filtrarlos, sin cuestionar su absurdo origen y preservando la política global: “todo se muele y flota”, dejando a nuestra ingenua comunidad científica local la tarea de desarrollar tecnología para fabricar “ladrillos”.

Cargas Circulantes

Las cargas circulantes forman parte de estos paradigmas o “mitos tecnológicos” que han guiado las operaciones de procesamiento durante décadas. Goethe dijo que “si no tienes razón, cúbrela con palabras”; en este caso se puede decir que “si no conoces tus operaciones, cúbrelas con cargas circulantes”. Consulte el artículo a continuación (enlace) y háganos saber sus puntos de vista sobre este tema, así como cualquier consulta que pueda tener.

Carga Circulante Zero.pdf

En próximas ediciones discutiremos otros paradigmas o mitos tecnológicos que aprisionan el desarrollo del procesamiento de minerales.

Alexis Yovanovic

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