Juniores: La Ingenuidad Incentivada

Tercerizando el Riesgo

Brasil, y muy probablemente otros países en desarrollo, tiene una parte ingenua, entusiasta y soñadora de su población que, bajo la atenta mirada del mundo global y financiero, sigue creyendo y donando su mejor energía y ahorros en proyectos que en su mayoría terminan fracasando. Según datos de SEBRAE – Servicio Brasileño de Apoyo a Micro y Pequeñas Empresas, casi el 80% de las pequeñas empresas no sobreviven los primeros 2 años de actividad. Aunque hay excepciones, los pocos proyectos exitosos, en cualquier rama de servicios, comercio o industria, suelen ser “comprados” por grupos mayores, después de estos pocos proyectos haber demostrado éxito y superación de riesgos en su barrio, comunidad o país.

Algo similar ocurre con los jóvenes deslumbrados que se dedican a buscar innovaciones tecnológicas para grandes empresas, que subcontratan este esfuerzo científico a través de la “innovación abierta”. Las grandes empresas se quedan sólo con aquellas innovaciones que les interesan, dejando ideas de poco éxito en la cuenta del idealismo del “innovador”. El riesgo disfrazado de espíritu empresarial se fomenta en todos los ámbitos, incluso a través de ofertas de capital.

El propietario de una pequeña empresa de productos o servicios, en general, no necesita un préstamo (que el mundo global ofrece constantemente), sino que necesita un “mercado” local que acepte y compre regularmente su producto o servicio. Este es el punto, pues, el mismo sistema que incita a los pequeños emprendedores a endeudarse en favor de sus sueños, todavía asumiendo riesgos, dificulta el acceso al mercado local de compradores del producto o servicio, incluso a través de acciones económicas que reducen la circulación de dinero y consumo interno, sofocando la actividad de las pequeñas empresas locales.

La Tercerización de la Exploración Mineral

Solo del 1 al 2% de las actividades de exploración minera llegan a la etapa de producción. Con una tasa de éxito tan baja, aunque hay excepciones, las empresas consolidadas dentro de la economía global no suelen querer este riesgo para sí mismas, pero siempre están dispuestas a adquirir aquellas “juniors” que han tenido intentos exitosos, cuando todo está plenamente confirmado.

Estadísticas del ex Departamento Nacional de Producción Mineral de Brasil – DNPM – señalan que de 100 requerimientos de investigación presentados, solo 1,3 llegan a la etapa de producción (promedio de 1988 a 2018).

Aunque hay excepciones, la empresa minera junior tiene mucha ingenuidad en su esencia; encanto por la geología; placer de descubrir; la opción profesional por el riesgo; el deseo de aprovechar al máximo los conocimientos adquiridos; la osadía de la juventud; perseverancia y aprendizaje constante ante la adversidad.

Con el idealismo fomentado en foros y seminarios, las llamadas “juniors” reciben una palmada de apoyo en la espalda y el “mercado” ofrece buscar “ayuda financiera” (seminario web reciente) y facilidades para que estos juniors puedan enfrentar riesgos en mejores condiciones. Se sugieren mecanismos de incentivos fiscales similares a la Ley Rouanet (de cultura, en Brasil), generando créditos fiscales que pueden ser transferidos a los accionistas para deducir su impuesto de renta. El objetivo es fortalecer un ejército de juniors (como una especie de “minería abierta” u “open mining”) para descubrir aquellas 1 al 2% de las investigaciones exitosas, luego de excavar y perforar en todo el territorio nacional.

Rara vez una minera junior logra transformarse en una gran empresa minera y, cuando lo hace, sigue siendo observada vorazmente por las mayores y en algún momento es comprada.

Organizaciones comerciales de Australia y Canadá organizaron recientemente foros similares en Chile y Brasil. Un mismo origen, financiero y global, proyecta estas iniciativas en diferentes países, incentivando el “financiamiento” a las denominadas “juniors” en una actividad de riesgo que las grandes mineras normalmente no quieren asumir.

Entonces, ¿Cuál es la Sugestión?

El mercado minero mundial utiliza la estrategia descrita anteriormente. Si se reducen las reservas mundiales el precio de la mercancía sube y, a la inversa, si surgen nuevos descubrimientos, la tendencia será a que el precio baje. Por lo tanto, el mercado global quiere tantas reservas como sea posible, incluso si estas no se colocan de inmediato en producción.

Las empresas mineras en operación deben monitorear sus propias reservas manteniendo un equilibrio entre los esfuerzos de exploración y la esperanza de vida de su negocio. La semana pasada se destacó el caso de Caraíba (Brasil), que buscó nuevos depósitos en regiones cercanas para mantener en operación su Planta Concentradora.

El Estado brasileño necesita ver la minería como una actividad industrial de extracción y procesamiento, que genera puestos de trabajo y constituye la base de la actividad industrial del país. Desafortunadamente, el Estado normalmente ha observado la minería como si fuera una actividad de exploración geológica seguida de la exportación de mineral. El esfuerzo público debe ser abrir el poder adquisitivo de los productos generados por la minería, dando garantías comerciales y logísticas a los pequeños emprendedores, y fomentar el uso de estos productos minerales en suelo nacional, en regiones estratégicas, para promover la verticalización de la industria y de la economía.

Concluímos

La empresa minera “junior” es la tercerización gourmet de trabajos de exploración mineral, donde cientos de investigadores tipo “Indiana Jones” salen por Brasil dispuestos a correr riesgos. Los mejores yacimientos minerales descubiertos suelen ser adquiridos, posteriormente, por las grandes mineras mundiales, con poco trabajo y muy bajo riesgo.

Alexis Yovanovic

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