Home Office: ¿empleado, consultor o socio?

Estos tiempos de pandemia nos han traído una nueva concepción en relación a las relaciones laborales. ¿Quién puede o está más calificado para trabajar en el estilo home office? ¿Cuál será la nueva normalidad en las relaciones laborales?

Competencia, confianza y responsabilidad, entre otros, son atributos de quienes podrían ofrecer conocimientos en forma de servicio home office y, para ello, no necesitarían ser registrados como empleados, sino únicamente como consultores, incluso si hubiere plena dedicación. Aun así, en las pequeñas empresas de servicios, estas actividades podrían ser compartidas entre socios, como parte de la responsabilidad social colectiva de una empresa formada entre sus pares. Sin embargo, podrían surgir relaciones parciales, donde la actividad de home office podría alternarse con el desplazamiento a la ubicación de la empresa contratante.

¿Dónde está el papel clásico del antiguo empleado concebido por la legislación? Debería surgir una nueva definición para redefinir estas funciones entre los diferentes actores del nuevo mercado laboral que se prevé después de la pandemia. Pero, ¿habrá una actitud del Gobierno y del Congreso al respecto? ¿Podrá el sistema legal y político ver lo que ha estado sucediendo en estos meses en el sacrificado sector privado?

Debemos encender una alarma al volver a la nueva normalidad, ya que, debido a malas interpretaciones sobre el concepto de home office o debido a lagunas legales, pueden aparecer demandas maliciosas de alquiler, facturas de electricidad e internet en los hogares de los empleados que se quedaron trabajando en casa, también, por horas extras y problemas psicológicos, solo por mencionar algunas fuentes de demanda que podrían surgir a través del atrasado entorno fiscal y legal brasileño.

En un clima caótico en materia de salud, política y economía, hay que tomar mucho cuidado para que la minería, entre otros sectores, no tenga que pagar una factura pesada solo por haber protegido la actividad (y el salario) y la salud de sus empleados.

Mientras tanto, los más ricos se han vuelto aún más ricos. ¡Qué extraña pandemia!

Alexis Yovanovic

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